Una experiencia de vida
Por Alfredo Ascanio.Ph.D
Después de muchos años es muy agradable recordar la vida universitaria. En mi caso tengo recuerdos que van desde mi primera experiencia, en el año de 1952, en una universidad fuera de Venezuela hasta terminar mi Ph.D, en el año 2.000, en la ciudad de Caracas. (http://www.venezuelatuya.com/)
Todo comenzó cuando todavía era muy joven. Apenas tenía 19 años, pero con un deseo inmenso de comenzar mi carrera académica.
Esta carrera la iba a empezar en mi país y en la Universidad Central de Venezuela (http://www.ucv.ve/), pero por razones políticas, esa casa de estudio fue cerrada por el presidente, General Marco Pérez Jiménez, por lo que tuve que seleccionar un lugar, en América, para comenzar mis estudios universitarios.
Esa decisión me llevó a la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile (http://med.uchile.cl/); pero debo adelantarles que todos podemos equivocarnos al seleccionar una determinada carrera; y este fue mi caso. Quizá por el simple hecho de que me había graduado de bachiller en Ciencias Biológicas; y que en mi familia, por tradición, mi abuelo materno y mis tíos eran médicos, y probablemente en mi hogar se tenía la esperanza de que alguien siguiese esa noble carrera; el seleccionado fui yo. No obstante, y después de dos años de hacer un gran esfuerzo en adecuarme al estudio de la anatomía del ser humano y de los principios fisiológicos de esa fabulosa maquinaria de vida, me fue imposible continuar esos estudios, por un problema vocacional.
Al regresar al país, en el año de 1954, había ya decidido comenzar de nuevo con los estudios, pero en otra carrera universitaria. Como sentía un gran atractivo por las ciencias sociales y humanidades, al principio pensé entrar en la escuela de Estudios Internacionales o sea: diplomacia; luego, me decidí finalmente por Psicología, pero apenas si pude durar un año en ese ambiente, porque todavía no encontraba mi verdadera vocación.
Una amiga de mi madre, que tenía un cargo administrativo en la Universidad Central de Venezuela, me aconsejó estudiar Economía y Finanzas; y así lo hice. En esa profesión me sentía como “pez en el agua”. Al fin había encontrado la razón de mi existencia universitaria. Era el año de 1955 y debía terminar mis estudios de pre-grado en el año de 1959.
El grado de Economista fue emocionante. La promoción Ernesto Peltzer, de 120 economistas, fue la más importante para la época. En ese contexto, fue el Presidente W. Larrazabal Ugueto quien nos entregó el diploma y nos impuso la medalla.
La vida universitaria en Chile fue todo un acontecimiento. Era la segunda presidencia de Ibáñez del Campo; y el país no pasaba por su mejor momento económico, como lo tiene hoy en día; pero Santiago siempre fue un lugar muy agradable y acogedor.
La vida universitaria era intensa, no sólo en relación a lo que cada quién estudiaba, sino también en las reuniones en el Café San Pablo, donde se respiraba un ambiente bohemio con personajes que se interesaban por el arte ,la literatura y la poesía. Quizá fue en ese ambiente, donde empecé a interesarme más por los estudios orientados hacia las ciencias sociales. Ya a los 20 años de edad, comenzaba a escribir poesía, quizá influenciado por los poetas chilenos de la época: Pablo Neruda, Pablo de Rocka, C. Santamaría, Vicente Huidobro y otros, aquí les deje uno de esos poemas y este es dedicado a Chile:
Déjame aquí, en el cauce,
debajo de tus ríos
derretir mi retina,
con la estrella del norte
que ilumina tus islas
La Rosa de los Vientos
estiró sus agujas
más allá de tu piso
agrietado,
me estuvo dibujando
tu rota geografía,
se cansó de llenarme
los bolsillos de puertos
La vida en las pensiones de estudiantes, como la primera que seleccioné llamada Mi Hogar, y ubicada en la Calle de Banderas, así como el alquiler de cuartos en casas familiares o apartamentos de conserjes ubicados en Vicuña Mackenna, daban también un toque de juventud; al igual que los encuentros con amigos y con muchachas universitarias (las eternas pololas).
En la pequeña población de Villa Alemana tuve mi primera novia chilena; una muchacha hermosa que había ganado el reinado en su colegio universitario. Las vacaciones de invierno había que realizarlas en Buenos Aires. Viajé en el tren de cremallera chileno que llegaba hasta la frontera con Argentina; y de allí, en el tren argentino vía Mendoza, para llegar a la capital Argentina, pero siempre acompañado de gauchos que invitaban ha cebar el mate y conversar sobre los asuntos del campo.
Nuestro arribo a Buenos Aires (http://www.buenosaires.com)
coincidió con la muerte de Evita Perón (http://www.celebritymorgue.com/evita-peron/) Los funerales fueron espectaculares; y todavía en el centro de esa bella ciudad permanecían las propagandas políticas: “Perón cumple y Evita dignifica”. Era la época de la ideología del llamado Justicialismo, que había enloquecido a la gente más humilde del país (los llamados descamisados)
En Argentina hacia frío. Por primera vez me había transportado en el servicio público del metro. La calle Florida era un hervidero de gente, visitando sus cafés, sus librerías y sus teatros. Como buen estudiante pedía en los restaurantes que me sirviera un plato de la época llamado “el popular” (un servicio de carne, que aunque no era de primera, pero como todo buen plato argentino, era abundante y bien elaborado).
Retorno a Caracas (http://www.une.edu.ve/caracas/) Era una ciudad en plena construcción. Tal era el número de obras que se realizaban, que un amigo español al yo preguntarle: ¿cómo te parece esta ciudad?; su respuesta fue: “cuando la terminen, me avisan”.
La Ciudad Universitaria de Caracas (la UCV) era una obra arquitectónica de primera. Fue el Arquitecto Carlos Raúl Villanueva un verdadero artista que supo integrar en un ambiente plácido y tropical: la arquitectura y el arte, con obras maestras de escultores y pintores famosos.
En la Escuela de Ciencias Económicas teníamos los mejores profesores especializados nacionales e internacionales. Recuerdo con mucho afecto a los docentes: Domingo Maza Zavala (Desarrollo Económico), Shelly Hernández (Estadísticas), la profesora Cenderos (Principios de Economía), Felix Miralles (Finanzas), entre otros. Los alumnos que mayor influencia tuvieron en mi futura carrera fueron: Ignacio Antivero y Vinicio Adames. El primero, por su inteligencia y preparación integral; el segundo, por su calidad humana y su pasión por la música coral.
La vida como economista fue todo un éxito. En el Ministerio de Fomento tuve varios cargos importantes, incluso antes de graduarme de economista. En ese ambiente la burocracia era bien preparada y ejercía con respeto sus responsabilidades. El Director de Industrias, doctor Manuel Delgado Rovatti, era muy eficiente y un verdadero ejecutivo; y el jefe del Dpto. de Industrias Alimenticias, un economista formado en Chile, Régulo Campos Martínez, era un profesional muy respetado por sus iniciativas.
Nuestro asesor internacional, un economista austriaco del staff de Naciones Unidas, el Dr. Alfred Klein, realizó una labor pionera en Venezuela en el campo de la productividad industrial. Para todos nosotros fue un maestro inolvidable.
Recuerdo a los compañeros de trabajo: Edilia Delgado Duarte, Iturriza Guillén y Elba Altuna. Algunos de nosotros pasamos a formar parte del equipo de profesionales del Instituto Venezolano de Productividad (INPRO), donde trabajamos con Isolda Heredia de Salvatierra. Ya para el año de 1960, recibí mi primera beca de trabajo, para viajar a la ciudad de México y reunirme allí con expertos en Productividad, que trabajaban en el Banco de México, como por ejemplo: el Dr. Manuel Sánchez Sarto.
México siempre ha sido y será una ciudad fascinante. Allí conocí a mi actual esposa y fue allí donde consolidé mi formación como un experto en la promoción de pequeñas y medianas empresas (que hoy se les denomina PYME).
Esa experiencia profesional, me llevó a servir como el primer consultor joven que tuvo el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).Con apenas 26 años de edad, ya ejercía la responsabilidad de promover, para El Salvador (Centroamérica), una línea global de crédito de 4 millones de dólares, para estudios de pre-inversión. Incluso, mi trabajo lo pude complementar de nuevo con la vida universitaria.
Fui profesor en Finanzas de la Empresa en la Universidad de El Salvador (http://www.ues.edu.sv/); y las clases que hacía gratuitamente, sólo las podía realizar todos los sábados en la mañana. Creo que mis alumnos apreciaban mis seminarios y con un gran interés colaboraban conmigo en los diagnóstico que realizábamos en unidades empresariales pequeñas y medianas, que luego serían objeto de créditos.
El trabajo en El Salvador duró dos años, para luego viajar a la ciudad de Washington. D.C.(http://www.washington.org/)
donde fui reclutado como un funcionario internacional permanente. El trabajo en el banco fue todo un acontecimiento profesional. Trabajé muy de cerca con gente muy preparada, en un ambiente cálido y de elevada productividad.
Leonel Torres, economista colombiano, fue nuestro jefe. Una persona excepcional. Otros economistas compañeros fueron Cristovam Buarque, brasilero; Fernando Caldas, brasilero, Lauro de Paiva, brasilero; y otros amigos nicaragüenses, haitianos y bolivianos. El Presidente del Banco (BID) era el economista chileno Felipe Herrera, que se recuerda como uno de los funcionarios internacionales mejor preparados de América Latina.(http://www.iadb.org)
Del BID pasé a la Organización de Estados Americanos (OEA), por insistencia de Joao Goncalvez de Souza, quién me ofreció ser el Director del Centro de Adiestramiento de Desarrollo Económico (CETREDE), ubicado en la ciudad de Fortaleza, Brasil.
En esa ciudad trabajé al lado de economistas de primera, tanto del Banco del Nordeste del Brasil como de SUDENE; recuerdo muy bien a Nilson Holanda, y a varios profesores de la Universidad de Ceará. Nuestro equipo de trabajó estuvo formado por: Guillermo Noffal (Nicarguanse), Salvador Archondo (Boliviano), José Chao (Cubano) y la contraparte nordestina de la Universidad de Ceará.
Después de 10 años: vuelta a la patria. Ahora como Vicepresidente de la Corporación Venezolana de Turismo, recién creada, en el año de 1970, por Diego Arria Salicetti su primer Presidente.
Cinco años adicionales para consolidar la Gerencia Técnica, apoyado con profesionales de primera, como: Hernando Acevedo, Victor Manmbié, Antonieta Arcaya, José Alberto Núñez, Rotondaro y otros. De allí, a trabajar en una compañía multinacional petrolera (Shell), como Jefe de Evaluación Financiera, en el campo petrolero de Lagunillas (Edo. Zulia); y luego, de nuevo, volver a las experiencias internacionales en el BID y en el Organismo Mundial de Turismo (OMT), donde se me contrató como Consejero al Secretario General. (http://www.World-tourism.org/)
Al regresar a Caracas, mi ubicación fue en la Universidad Simón Bolívar (http://www.usb.ve/); allí tuve la oportunidad de volver a sentir la pasión por la docencia, como Jefe del Departamento de Ciencias Económicas y Administrativas. Mi asignatura preferida: evaluación de proyectos de inversión. Luego tomé la decisión de realizar la Maestría en Ciencia Política; y finalmente, para culminar la carrera académica, el Ph.D en Ciencia Política, con especialidad en Sociología de la Comunicación Política y el Análisis de Contenido del discurso político.
El año sabático lo realicé en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (http://www.ulpgc.es/) como profesor invitado para la Maestría Internacional de Turismo, fue una nueva experiencia imposible de olvidar.
Al volver a la Universidad Simón Bolívar, allí seguí divulgando mis criterios docentes en el periódico Papel de la Bolívar y en la revista electrónica : http://universalia.usb.ve/ , para luego formar parte de la red de redes universitaria: http://www.universia.edu.ve
Después vino la jubilación y la incorporación al grupo de investigadores intercontacto: http://www.intercontacto.com/
Hoy, transcurrido los días del año 2.008, y después de ser un profesor jubilado, he vuelto a la pasión por la enseñanza. Para ese año fui un docente en las maestrías de turismo de la Universidad del Zulia , la Universidad de Oriente y en la Universidad del Estado de México. Incluso, en la USB, y ya en el año 2.011 hemos decidido comenzar a impartir cursos on-line para tesistas e investigadores, una educación permanente avanzada para este nuevo siglo XXI. Y finalmente en Marzo volveré a visitar a mi hija Marisol que vive con su familia en Houston (Texas),pero con antelación en Octubre visitaré, en calidad de profesor, a la ciudad de cartagena de Indias (Colombia) con el "riesgo de que me quiera quedar".
Otro proyecto novedoso que promueve la USB es el Doctorado en Ciencias, de una gran relevancia, pues por primera vez se unirían profesores con doctorados en ciencias sociales (economía, sociología, ciencia política, psicología) y en ciencias naturales (física, química, matemáticas, estadística, biología, etología humana), con la idea de formar un doctor integral y que pueda afrontar la investigación de punta en el campo de las ciencias exactas y las ciencias humanas, concebidas como un sistema. Esta iniciativa surgió de un profesor de elevado nivel académico:
Klaus-Jaffe quién en la actualidad lideriza el Centro de Estudios Estratégicos de la USB: http://www.cee.usb.ve y también el laboratorio de biología: http://atta.labb.usb.ve/
Corolario : no se desanime si se equivoca de carrera. Insista en buscar el área de conocimientos que más le agrada y que se vincule mejor con su forma de ser y su personalidad.
Sea un estudiante interesado en las disciplinas que le tocará conocer y profundice en cada una de ella. Recuerde que su trabajo es estudiar primero y divertirse luego.
Una vez que usted culmine sus estudios y pase a ser un profesional, trabaje con entusiasmo y elevada productividad. Sea un buen compañero de labores y ejerza con sus amigos y alumnos todos los valores éticos que exige su formación. Siempre tiene que dar el ejemplo; y recuerde lo que dijo una vez Simón Bolívar: “Dios concede la victoria a la constancia”. Y cuando le toque la responsabilidad de llevar adelante una tarea que Ud. considere urgente, repita lo que dijo una vez, Gabriel García Márquez en Un Profesional de Horóscopo,1950: "Pues le advierto que aquí no viene usted a dormir la siesta. Aquí se trabaja o se renuncia".